jueves, 13 de enero de 2011

GRANDES OLVIDADAS DE LA COPLA, 1

Hay países de América, Europa o Asia, en donde sus artistas más emblemáticos siguen siendo recordados o reverenciados, aunque haga muchos años que fallecieron. Es el caso de Judy Garland, Carlos Gardel, Edith Piaf, Marlene Dietrich, Dalida, Fairouz y tantos otros.
Desgracidamente por aquí no sucede lo mismo. Tenemos multitud de artistas que se dejaron la piel en los estudios de grabación y en los escenarios para alegrarnos la vida y compartir su arte y cualidades con el público. Artistas que tuvieron años de gloria, que sonaban frecuentemente en la radio, que vendieron muchos discos, y tuvieron la suerte como en sus espectáculos se colgaba el anhelado cartelito de ''NO HAY BILLETES''.
Pero ya sabemos que en nuestro país, cualquier expresión artística nunca ha tenido una especial relevancia popular. Soy de los que piensan que uno de los graves problemas que tenemos es la falta de cultura a nivel general. Cuanto envidio a los franceses, sin ir más lejos, que reverencían a sus artistas. Aquí no cuidamos a nadie. Si alguien desaparece unas temporadas, lo normal es que caiga en un total olvido. No digamos si fallece, por muy popular que hubiera sido, al poco tiempo está ''bien muerto y enterrado''. A las pruebas me remito: Imperio Argentina, Conchita Piquer, Estrellita Castro, Gracia de Triana, Juanita Reina... Por no mencionar a figuras más cercanas en el tiempo como Mari Trini o Carlos Cano.
Tal es el caso de Ana María, Antoñita Colomé, Antoñita Romero, Carmela Montes, Carmen Florido, Conchita Martín, Conchita Martínez, Consuelo Heredia, Diana Márquez, Dorita la Algabeña, Finita Imperio, Gloria Romero, Julita Díaz, Lola Cabello, Lola Carmona, Luisita Calle, Mercedes Chacón, Pastora Quintero, Rocío Vega 'Niña de la Alfalfa', Rosamil, Rosarillo de Triana, o Tina de Jarque, por nombrar solo a algunas.
 Antoñita Colomé, gran estrella del cine de la República, con una esplendida carrera en su haber, y éxitos como El negro que tenía el alma blanca, Crisis mundial, El malvado Carabel, La danza del fuego, La señorita de Trevelez, El puente de los suspiros, Forja de almas, Tercio de quites o El crimen de Pepe Conde, trabajó por última vez ante las cámaras en 1988, en el filme Pasodoble de José Luis García. Artista menuda y de gran belleza, su salero sevillano -nació en la calle Pureza, del barrio de Triana-, la llevaron a ser uno de los ídolos de los años 30 y 40 del siglo XX, triunfando tanto en el cine, como en los escenarios, a la vez que sus discos se convertían en éxitos. A ella le escribió Quiroga Como si fuera verdad y Con un pañolito blanco, canciones que hizo populares y grabó varios años antes de que la Piquer las incluyera en su repertorio.
Hasta cumplir los 90 años vivía en su querida Triana, en Altozano, esquina al puente de Triana. Poco después, olvidada de casi todos, se vio obligada a vivir con una hija en Barcelona, donde falleció el 1 de agosto de 2005.
Como dijo Dominguez Arjona ''Antes de que Antonio Banderas descubriera América, en los años 30 fue contratada por la Paramount, y no le dieron la Medalla de Andalucía, como a Paz Vega, que ha hecho 12 películas, mientras que Antoñita Colomé rodó 30.'' Así suelen ser las cosas.

Carmela Montes fue una artista completa de gran éxito en los años 40 del pasado siglo. Dotada de una preciosa voz, tuvo éxitos resonantes con canciones como La niña del Baratillo, La Camelia, El tormento de los celos, Dios te lo pagará y Mocito salinero. Su rendida versión de La Rosa de Capuchinos, ponía al público en pie. Desde 1946 en que se presentó en Cuba, siguió cantando por América, con un éxito colosal, solo igualado por Imperio Argentina y la Piquer. A principios de los 50 se casó con un catedrático mexicano y abandonó la canción.
Dotada de una bien templada voz, llena de graves y matices, Carmen Florido se reveló como una de las nuevas promesas a mediados de los años 40 del pasado siglo. Formó compañía con el cantaor Mario Gabarrón, con quién se casó, y vivieron media vida paseando su arte por América. A su vuelta a España, Carmen siguió cantando y actuando, incluso siguió grabando hasta 1972, en que se editó su último disco conteniendo Lo nuestro no es así, Tengo miedo, No me preguntes amor y No me des guerra.
Conocida por su belleza y su arte, Conchita Martínez, después de triunfar en los escenarios y en los discos, protagonizó algunas películas, destacando en La morena de mi copla, filme basado en la vida Romero de Torres. Como tantas otras, realizó una extensa gira por Latino América, quedandose a vivir en México, donde se casó y tuvo un hijo, que creo que con el tiempo se convirtió en famoso cantante. Enmanuel.
El caso de Consuelo Heredia es diferente, nunca salió de España, y antes de la guerra civil ya era toda una figura, encabezando espectáculos en el Coliseum de Madrid. Pasará a la historia por haber la primera artista en grabar una de las más emblemáticas canciones de la Copla: Ojos verdes.
Dorita la Albabeña comenzó a cantar siendo una niña con los Hermanos Morillo, para pasar a formar parte de la compañía de Pepe Pinto y la Niña de la Puebla. En 1951 compartió cartel con Pepe Blanco y Carmen Morell, luego estaría con El Principe Gitano, Rafael Farina y muchos otros de los grandes. Mediados los años 50 protagonizó algunos espectáculos de altura, firmando contrato con Discos Columbia, grabando algunos de los mejores temas del maestro Fernández Carbó. Se retiró para formar una familia, aunque todavía canta de tanto en tanto en recitales benéficos y en el coro de su pueblo natal, la Algaba, en donde reside. Igualmente la inmensa Mercedes Chacón inmortalizó también algunas de las grandes canciones de Fernández Carbó. Y tuvo grandes éxitos también con canciones como Mi raza no perdona, que le compuso Quiroga ¡Qué injusta es la vida! Que olvidados están hoy los tres. También obtuvo un gran éxito con canciones que le compuso Quiroga, como Curro el de Lora o Mi raza no perdona.
La sevillana Rosarillo de Triana fue una artista polifacetica, de gran belleza, racial y agitanada, fue una consumada cancionista, a la vez que bailarina y excelsa recitadora. Su arte le venía de casta, sus padres fueron dos afamados artistas de las variedades principios del siglo XX, Rosita Falagán y Rafael ''El Sevillanito''. Tuvo mucho éxito con canciones como Como mi bautizo, Rosario la Cava, Bulerías del bigote, Mi sombrero, y Romería del Quintillo, aunque siempre sera recordada por su gran versión de Rocío.

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